La gestión del agua es esencial para garantizar el suministro de alimentos.
La creciente población pone bajo presión la producción tradicional de alimentos, mientras que el cambio climático ha provocado un aumento en la necesidad de defensas contra inundaciones. La lana de roca se puede diseñar para absorber o repeler el agua según sea necesario, así como para hacerla recircular en un invernadero, solucionando con ello distintos problemas de gestión del agua. Nuestros productos ayudan a agricultores de todo el mundo a cultivar productos frescos –empleando un 75% menos de agua que los agricultores que cultivan en la tierra.
En el medio urbano, nuestra lana de roca puede ayudar a minimizar los efectos de lluvias torrenciales drenando rápidamente el agua de techos y otras superficies en espacios rellenos de lana de roca. Desde allí, el agua puede filtrarse lentamente en el subsuelo, reabasteciendo las reservas de aguas freáticas.